martes, 22 de diciembre de 2009


Parece mentira pero hace ya más de un mes (o dos...) que escribí el último post...con la ganas que tengo de contar todas las "salsas" en las que estamos metidos.
Bien, si mal no recuerdo la última vez empecé a escribir algo referente a los canales cortos de comercialización, de la necesidad de que los productores agroalimentarios encontraran el cauce que les acercara al consumidor final. Últimamente hemos estado trabajando intensamente en la identificación de experiencias que faciliten el tránsito de los productos desde su ámbito natural, hasta la mesa...sin que la cadena de intermediarios encarezcan el producto y presionen los precios en origen, evidentemente. Sin embargo, hay algo que todas las partes implicadas deben entender; por un lado, no es de recibo que al agricultor o pescador se le compre el producto por 20 céntimos el kilo, y se venda en la gran superficie o el restaurante de enfrente por 3 euros. Evidentemente en esas transacciones los intermediarios y vendedores finales ganan demasiado dinero (y me da igual quién es el que más gana, el del transporte, el del restaurante, el comisionista...). Pero cierto es también, que si intentamos establecer un sistema de canales cortos de producción-comercialización (esto es, que el productor vende directamente al cliente final), el productor no puede pretender vender al mismo precio que en el Eroski o Carrefour de turno!
¿Dónde está el secreto? Por un lado en la asimilación por parte de los productores de que sus productos, a pesar de ser excelentes, maravillosos y todo lo que quieran, deben venderse ALGO MÁS BARATOS que los de las tiendas o supermercados convencionales. Lo que no puede ser es que pretendan vender al mismo precio sin ningún tipo de infraestructura.
Y por otro lado, está clara la necesidad de recuperar la cultura de lo local, de la alimentación sana, de saber diferenciar lo que nos llevamos a la boca. La gente más joven no es capaz en muchos casos de apreciar la diferencia entre un pollo de supermercado y uno de caserío. Simplemente les da igual...y ese placer, educación y cultura de los alimentos es lo que hay que reforzar desde los primeros años de nuestros jóvenes y niños. Si ellos no aprecian lo local, lo sano, la alimentación equilibrada, todo lo demás está de sobra. Terminaremos comiendo frutas y verduras de plástico comprados en limpísimos supermercados.

Por no terminar de una manera tan poco optimista, os adjunto una foto de una experiencia cuando menos curiosa. Se trata del comedor del World Bank en Washington. Estuvimos allí el julio pasado, pero no pudimos quedarnos a comer, por lo que hace un par de semanas me quité la espinita...Como sabréis, el Banco Mundial aglutina representantes de todos los países del mundo en sus oficinas...y claro, qué menú ponen en su comedor? Hamburguesas? Cocido madrileño? Tiramisú? Pues bien, se come un poco de todo... puedes elegir entre comida asiática, africana, mediterránea, vegetariana, sin cerdo,... es un comedor diseñado para dar respuesta a las necesidades culinarias de todas las culturas gastronómicas del mundo!! Y puedo asegurar con conocimiento de causa, que además de muy barato (unos 7 euros al cambio), la comida es buena (al menos para comer de vez en cuando...).

Zorional eta Urte Berri On

jueves, 22 de octubre de 2009

LOS ALIMENTOS CERQUITA DE CASA...

Cómo me gusta comer...cuanto más lo pienso más convencido estoy de que es mi verdadero hobby! Ya os comenté que mi intención no era hacer críticas gastronómicas de los restaurantes, txokos o amigos cocinillas que uno pueda tener, aunque envidia os voy a dar seguro.
Hoy quería compartir con vosotros lo que yo denomino "la emoción de la caza". Los que cocináis, sabéis lo importante que resulta la adquisición de la mejor materia prima posible. Bien, pues el trabajo de lograr esa materia prima fuera de los círculos habituales, es lo que yo llamo "la emoción de la caza". Una pena que no tenga a mano unas fotos de algunas de esas cacerías...aahh! me vienen a la mente unos chuletones maravillosos que mi amigo Claudio consiguió al comprarle la cinta entera al carnicero que lo tenía expuesto en una feria alimentaria. Por no hablar de un rape negro y unos lenguados pescados la noche anterior en aguas de Lekeitio gracias a...siempre gracias a alguien!
Y que tiene esto que ver con la innovación? Pues sencillamente que la innovación tiene que venir dada por la adecuación de la oferta de productores de cercanía, a los "frikkies" gastronómicos que apreciamos este tipo de mercancía. Pensaréis que ya existe el movimiento "Slow food", que existen grupos organizados de compras, que muchos restaurantes ya tienen sus proveedores entre los productores cercanos...pero hace falta algo más.
Desde Denokinn llevamos unos meses trabajando en el concepto de "Canal Corto" entre productores y clientes finales. Y como ya he escrito bastante por hoy, me voy a comer (hoy en el Gran Hotel Durango... me gusta, elegante, siempre correcto, no mucha gente y platos con buena calidad e imagen cuidada).
On egin!

jueves, 8 de octubre de 2009

Innovación culinaria by Urkidi

Por fin desde Denokinn nos hemos lanzado a escribir unas letras sobre los amplísimos mundos de la innovación, desde la tecnológica, hasta la social, corporativa o en mi caso, si es que soy capaz, culinaria.
No pretendo a través de estas líneas realizar una crítica gastronómica (que no me corresponde), ni técnica (que sobrepasa todos mis conocimientos al respecto) sobre lo que tan gratamente degusto...sino que simplemente trataré de asociar aquellos aspectos curiosos y diferentes que pueda apreciar en todo aquello que se relacione con lo gastronómico.
Y por supuesto, trataré de daros toda la envidia que pueda respecto a los restaurantes, materias primas, platos, pintxos, personas, etc. que vaya conociendo.

Nos iremos leyendo...

INIGO