lunes, 29 de marzo de 2010



Hoy tengo poco tiempo y muchas cosas que contar...para variar! Hace un par de semana estuve de viaje por la costa este de USA con mi compañero Gorka Espiau, con el fin de ir identificando oportunidades de negocio emergentes en el sector "social" norteamericano (si es que se me permite llamarle así a las entidades que trabajan en el ámbito de las ONG, fundaciones, etc.). La verdad es que existe un movimiento muy potente en torno a lo que en Europa denominamos Tercer Sector, y que en en Estados Unidos lo ponen en práctica con su característico estilo orientado al mercado y al cliente. Sorprende además, cómo en un modelo económico de rapacidad mercantilista extrema, han sido capaces de crear un subsistema filantrópico que mueve miles de millones de dólares anuales, y que encardina perfectamente con su sistema y mentalidad capitalista. Pues bien, en medio de reuniones con la Rockefeller Foundation (www.rockefellerfoundation.org/), la Universidad de Georgetown (www.georgetown.edu/), o The Independent Sector (www.independentsector.org), tuvimos tiempo de conocer alguna propuesta gastronómica un poco fuera de lo habitual. La imagen de la ventana con vistas a otros rascacielos pertenece a uno de los despachos de la Rockefeller Foundation...
En lo gastronómico, como siempre me ocurre, vuelvo con esa sensación de haber comido una carne excelente, pero con la duda de cuántas inyecciones y porquerías de todo tipo habrán introducido en los solomillos y chuletas. Los controles sanitarios a la producción de vacuno deben estar a años luz de los europeos, y así todo en Europa siguen ocurriendo casos como los de las vacas locas...luego en USA no quiero ni imaginarme lo que me llevo a la boca; eso sí, suele estar buenísimo!
Tan sólo dos apuntes curiosos: estuve cenando en un restaurante etíope en Washington (www.eteterestaurant.com/), y lo único que me vino a la cabeza fue que conceptualmente los platos típicos están diseñados para ser compartidos. Por lo visto en la capital de los EEUU se encuentra la mayor comunidad etíope del mundo fuera de su país. La foto que os adjunto es TODA la comida para 3 personas, sin cubiertos, sin platos, sin nada de nada, sólo lo que veis...
El segundo apunte gastronómico curioso también podéis encontrarlo en Washington, en concreto en el National Museum of American Indian del Smithsonian (www.nmai.si.edu/), donde podréis degustar comidas tradicionales de las diferentes tribus indígenas americanas, eso si, en formato "take away", con bandejita de plástico y sistema self-service...muy americano!
Os dejo, pero adelanto que mi próximo post será más bien de carácter incendiario tras una experiencia desagradable en la Posada Mayor de Migueloa de Laguardia. No hace falta que os diga que no volveré nunca por allí, pero lo que sí haré es explicaros los porqués. Puedo soportar que me den mal de comer, todo el mundo tiene derecho a equivocarse, pero que quieran robarme a la cara, cobrándome lo que no he consumido, por ahí no paso....

viernes, 5 de marzo de 2010

Viernes por la noche, y solito en mi habitación en un hotel de Barcelona, perdido en una cama enorme...aunque eso sí, bien cenado!
En el post anterior os hablaba del coche eléctrico que hemos empezado a fabricar desde DENOKINN en consorcio con AFYPAIDA, el MIT y Epsilon Euskadi (www.hiriko.com), y hoy debería hablaros de otro proyecto de enormes dimensiones que estamos manejando, pero la verdad es que no me apetece a estas horas entrar en detalles. Simplemente adelantar en estas líneas que desde DENOKINN vamos a dar pasos firmes en ámbitos nunca antes trabajados en la innovación social de Euskadi, y en algunos aspectos, de Europa y el mundo. Todo será explicado a su debido tiempo, pero digamos que estamos trabajando en la innovación radical del proceso de emprendizaje, así como en el del modelo de generación de ideas de negocio desde una perspectiva social. Y no cuento más...
Y ahora lo importante. Acabo de salir de un restaurante barcelonés que ya desde la invocación de su nombre sugiere buenas sensaciones: CINC SENTITS (www.cincsentits.com/es/).
Resulta que la guía Michelín le ha otorgado 1 estrella en su edición de 2010, lo cual a mi juicio, y después de pasar hace 20 minutos por allí, me parece un poco excesivo. El local es realmente pequeñito, y sin ningún aspecto que llame especialmente la atención. Estilo minimalista, que es lo que se lleva, y de paso, la lavandería sale más barata....
Resulta curioso que sólo existen 2 menús degustación a elegir; vamos, que no puedes pedir platos individuales, ya que no existen...o eliges el menú degustación largo, o el más apañadito para cuando vas a cenar a fin de mes. La verdad es que no me ha parecido especialmente caro (evidentemente los que me conocéis ya sabéis qué menú he degustado). Un punto a su favor es que el maridaje de diferentes caldos a lo largo de la degustación de los platos está incluido en el precio...aspecto este que yo no he probado, pues ya sabéis que yo sólo bebo champagne o agua durante todo el servicio (excepto en comidas o cenas sociales, de empresa, en las que aprovecho para ir aprendiendo a beber vino...mi gran defecto culinario!!)
El servicio me ha parecido atento y bien dispuesto a agradar, y los platos de la degustación...qué queréis que os diga! Como casi siempre echo en falta un discurso, una idea, algo en concreto que se quiera transmitir con los platos...debo reconocer que MUGARITZ (www.mugaritz.com) me marcó en ese aspecto, y desde entonces no he vuelto a encontrar un restaurante a ese nivel. En Cinc Sentits esperaba encontrar unos platos que giraran en torno a los sentidos (pensaba que por eso tenía ese nombre), jugando con texturas (tacto), aromas (olfato), crujientes (oído), humos y emplatados (vista), y evidentemente sabores novedosos...pero mi gozo en un pozo!
Técnicamente nada que reprochar, pero una vez más, no han llegado a sorprenderme. Además me ha ocurrido una cosa curiosa; en uno de los postres, el ingrediente sorpresa eran los petas-zetas, ya sabéis, esos dulces que hacen una especie de efervescencia en la boca cuando entran en contacto con la saliva. Pues bien, en seguida me he dado cuenta de lo que pasaba con ese postre, y al sonreír, me han preguntado qué me parecía el plato...y claro, yo les he dicho que hace prácticamente 10 años, en el restaurante AKELARRE (www.akelarre.net) de Pedro Subijana, ya pude disfrutar de un postre que contenía el mismo ingrediente sorpresa.
Como última curiosidad apuntar que mantienen unos proveedores más o menos fijos para la carne (de Ávila), los aceites (catalanes), etc. muy en línea de mi primer post en este blog en el que os hablaba de los canales cortos de comercialización....
Y hoy no os pongo foto, ya que me he quedado sin batería en el móvil y no he podido fotografiar nada de nada...