Hace unas pocas semanas tuvo lugar el encuentro de la convocatoria de proyectos INTERREG SUDOE 2017 en la capital de Cantabria, Santander. La verdad es que hubo menos gente que en ediciones anteriores y menos proyectos presentados...
Y ya que estaba en Santander, me di una vuelta por el restaurante El Serbal, el único en el centro de Santander con 1 estrella Michelin, y del que ya os he hablado en alguna otra ocasión. Siempre es una agradable visita y además con un precio asequible (menú degustación con maridaje 82€).
Comenzamos con un cóctel a base de cítricos, cointreau y vodka que estaba realmente rico y los típicos aperitivos de cortezas de bacalao, croqueta, cucharita de foie y una especie de mayonesa de bonito difícil de comer con el pan que lo acompañaba. El maridaje con cava.
A continuación sirvieron salmón con queso y geles críticos, la verdad es que no me gustó...no terminé de entender que pretendían con una especie de tartaleta de salmón envuelta en queso y geles.
El maridaje fue un vino blanco que me recordó muchísimo a los riesling alemanes, aunque era con uva chardonnay. Muy floral y maduro en boca. Estaba rico...
Continué con una parmentiere de patata con guisantes y jamón ibérico y espuma...me pareció que tenía un ligero toque a quemado! Después disfruté de chirrión con caldo de citronela, que estaba bueno pero gustito de temperatura, templado tirando a frío.El puré de alubias estaba bueno y el crocante de verduras muy rico. La citronela se apreciaba sólo al terminarse el resto de aderezos.
Entre los maridajes, destacar un tinto de Raúl Perez que no conocía: "El Soradal" un vino del Bierzo, creo que era un Mencía...una nariz impresionante...y como me pasa en muchas ocasiones, en boca luego me defrauda un poco...aunque estaba muy bueno.
La cena prosiguió con salmonete, que estaba muy bueno y carrillera con setas...platos correctos pero que no quedarán en mi recuerdo.
Los postres, como siempre no dan lugar a sorpresas y aparecieron los helados y petit fours
...cuándo me volveré a encontrar unos postres sin helados o chocolates!! Por lo menos el champán de Jacques Selosse estaba fabuloso.
En resumen, El Serbal es un restaurante que no defrauda si no se esperan grandes innovaciones o platos de riesgo. Un lugar para poder llevar a cualquier persona con garantía de que no quedarás mal, pero lejos de los que buscan un "parque de atracciones gastronómico". En Santander, sin duda para visitar al menos una vez al año.